Un estudio realizado en el Instituto de Transporte de la Universidad Tecnológica de Virginia, afirma que el volante y el celular no combinan. Muchos de los accidentes se producen debido a que nuestro nivel de atención debe estar enfocado a una de la dos cosas y no en ambas simultáneamente, aunque creamos que somos capaces de hacerlo.
De manera más dramática, leer o contestar los mensajes de texto, ver las últimas noticias en redes sociales o mandar fotos, provocan una mayor distracción en nuestra conducción y por ende representa un mayor riesgo.