Año Nuevo... ¡tu auto como nuevo!

Puede que seas un fanático de los autos y ames al tuyo casi como a un miembro de tu familia, o puede que no, pero independientemente de eso mantener tu auto en buenas condiciones te ayudará a reducir los costos de mantenimiento general y también a aumentar su valor si decides venderlo. Una de las enormes ventajas de los autos de ahora es que su mantenimiento no es tan complicado, frecuente ni caro como lo era hace décadas. Así que sigue estos consejos y protege tu auto y tu inversión.

Podemos hablar de dos tipos básicos de mantenimiento para tu auto: frecuente y general. A continuación te presentamos en qué consiste cada uno de ellos.

Mantenimiento frecuente:

La mayor parte de las revisiones que se requieren de forma constante se pueden hacer en la gasolinera al momento de cargar combustible. Es importante que no dejes de hacerlas, ya que a la larga te ayudarán a ahorrar tiempo –y dinero– en reparaciones mayores.

Espejos, cristales y limpiaparabrisas
Estos tres elementos constituyen puntos de seguridad básicos, ya que nos permiten obtener información visual para manejar de manera segura y tomar decisiones rápidas que eviten un accidente. Si la luna de algún espejo o si algún cristal está dañado, astillado o roto, hay que remplazarlo de forma inmediata. No es caro y puede evitar tragedias mayores, además, desde luego, de un desembolso más grande. Por su parte, las escobillas limpiaparabrisas son esa típica pieza en la que no pensamos hasta que no sirve, pero ten en cuenta que si limpian de manera irregular o tienen algún desperfecto pueden rayar el cristal. Remplazarlas es barato y fácil, ya que las puedes conseguir prácticamente en cualquier tienda de autoservicio.


Aceite del motor
El aceite de motor es esencial para que tu auto funcione bien. Su tarea principal es lubricar todas las partes móviles del motor para que no haya fricción entre ellas, lo cual evita que se desgasten y dejen de servir. El aceite también transfiere el calor del ciclo de combustión y retiene los subproductos para enviarlos al filtro. El manual de usuario de tu automóvil incluye información sobre cada cuánto es necesario remplazar el aceite. Sin embargo, revisar que los niveles se encuentren en el punto óptimo es algo que debes hacer con frecuencia. Si no detectas una fuga, una vez al mes es suficiente. En caso de que los niveles estén bajos, sólo rellena el depósito correspondiente con el aceite de motor indicado para tu auto.

Presión de los neumáticos
Si vas a realizar un viaje largo, es indispensable asegurarte de que los neumáticos tengan la presión adecuada. Pero también es bueno que revises la presión cada vez que cargues combustible. Revisa también que no haya pinchaduras, desgastes irregulares, anomalías y que el dibujo que tiene contacto con el pavimento esté en buenas condiciones. Una llanta lisa, en mal estado o con la presión incorrecta (ya sea más alta o más baja) no sólo aumentará el consumo de combustible de tu auto, también disminuirá su capacidad de frenado.


Iluminación
Este es uno de los puntos de mantenimiento más baratos e importantes. Las luces del auto son las que te permiten ver y ser visto, y son vitales para una conducción segura. Comprueba el buen funcionamiento tanto de las luces delanteras como de las traseras todos los meses. Si notas que no iluminan bien averigua si requieres pulir los acrílicos o remplazar los focos. Recuerda que tu coche tiene siete luces diferentes y todas ellas son importantísimas: posición, cruce, largas, marcha atrás, freno, antiniebla e intermitentes.

Pintura
Lo primero en lo que nos fijamos al ver un automóvil es la carrocería. Obviamente un auto rayado, abollado o con pedazos de pintura faltantes se deprecia mucho y no llamará la atención de posibles compradores. Mantener en condiciones óptimas la pintura de nuestro auto es fácil y sencillo: basta con no dejar que se acumule el polvo, los insectos, ni los ácidos ambientales que puedan dañarla. Lavar tu auto al menos una vez a la semana y encerarlo tres veces al año harán maravillas por tu inversión.

Mantenimiento general:

Rotación de neumáticos
Debido al diseño de los automóviles, el peso entre los ejes delantero y trasero difiere, de manera que la carga sobre los neumáticos es desigual. Rotar la posición de las llantas dos veces al año, pasando las traseras a la parte delantera y viceversa, eliminará la posibilidad de un desgaste irregular.

Frenos
Lo primero que notamos al conducir un vehículo son los frenos, cuyas funciones son esenciales y sumamente delicadas. Por ello, es imprescindible que estemos muy pendientes de cualquier desperfecto y lo solucionemos de inmediato. Normalmente el indicador luminoso de nuestro cuadro de mando se encenderá cuando se requiera un cambio de las pastillas del coche, pero si tu vehículo no dispone de este sistema, puedes hacer una revisión del líquido de frenos, cuyo desgaste es proporcional al de las pastillas. Si escuchas ruidos o sientes vibraciones al frenar, debes revisar los discos. Estas señales pueden ser indicadores de desperfectos, por lo que debes acudir a un especialista para que los revise o remplace inmediatamente.


Batería
Revisa las terminales y cables de la batería. Asegúrate de que estén bien conectadas y de que no haya ningún tipo de corrosión. Si tu batería tiene tapas movibles, revisa los niveles de líquido cada dos o tres meses, sobre todo en épocas de calor. Idealmente, una batería de auto con un mantenimiento adecuado se tiene que remplazar cada cuatro años.

Banda de distribución o correa de transmisión
Esta pieza es la encargada de distribuir el movimiento del cigüeñal para que los pistones no se golpeen, es decir, ayuda a sincronizar el motor. Una falla en la banda de distribución representa un alto riesgo para nuestro automóvil, así que debemos mantenerla en óptimas condiciones.

Si bien el manual del usuario indica cada cuántos kilómetros hay que remplazar esta pieza, nunca está de más poner atención a los siguientes puntos que nos pueden señalar una falla:

  1. Vibraciones. Si con el motor encendido sientes una vibración, esto puede indicar que debes cambiar la banda, pues los pistones están haciendo un esfuerzo mayor.
  2. Microclima de la región. La banda es neumática, así que en temperaturas extremas o climas húmedos su desgaste es más rápido.
  3. Dificultad para encender. Si tu auto se demora más de lo usual en arrancar y además hace un sonido raro, considéralo una señal de alerta.
  4. Ruidos en la transmisión. Si notas cualquier sonido extraño deberás revisar la banda inmediatamente, ya que podría presentar una irregularidad en el desgaste.
  5. Tiempo. Más allá del uso que le des a tu automóvil, es necesario cambiar la banda cada cierto tiempo. El manual del usuario contiene información al respecto. Si el uso es moderado, un cambio cada cinco años suele ser el estándar.

Amortiguadores
Su principal función es mantener los neumáticos pegados al suelo y, por ello, aportan estabilidad y agilidad a tu vehículo. Solemos notar rápidamente cualquier falla en estas piezas porque sentimos las irregularidades o baches en el camino. Sin embargo, los amortiguadores hacen más que brindar comodidad, ante todo significan seguridad en la conducción. Te recomendamos revisarlos cada vez que lleves tu coche a servicio, es decir, cada 20,000 o 30,000 kilómetros, o de lo contrario, una vez al año.


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